Empresa BIC

¿Por qué somos una empresa BIC?

Porque tenemos alto impacto social y ambiental.

Con nuestra empresa HONEY LADY aparecemos como el sustituto de dulce más saludable en el mundo. Diversificaremos produciendo y comercializando una amplia gama de productos y creando programas para restaurar el hábitat de las abejas en nuestras tierras.

Además, brindamos talleres de apicultura con el objetivo de generar nuevas fuentes de trabajo en poblaciones de mujeres rurales vulnerables. Proveemos servicios de enseñanza de apicultura urbana y jardinería, con la intención de incentivar el apadrinamiento de colmenas caseras de abejas y promover su conservación sostenible y no extinción, teniendo en cuenta que sin abejas no hay vida.

Logramos así un alto impacto social, ambiental y económico en nuestra ciudad principalmente, y posteriormente en nuestro país, COLOMBIA.

HONEY LADY tiene un énfasis en desarrollo regional, en el que no solo se deben cuantificar las ventas, las ganancias o las utilidades, sino que debe ser un trabajo involucrándonos con las comunidades de mujeres rurales, contribuyendo a que ellas puedan reconocerse como sujetos de su propio espacio, con impacto a nivel social y económico.

Apoyamos este proceso, el cual es una transformación importante, y finalmente también terminaremos transformándonos de emprendimiento a empresa, porque queremos aprender demasiado de las personas que habitan las comunidades rurales, a quienes les pertenece el futuro de la naturaleza del país.

Las abejas son las responsables de polinizar las plantas que producen el 70% de los alimentos a nivel mundial. Están en alto peligro de extinción debido a los pesticidas usados por la agricultura, las redes electromagnéticas creadas y utilizadas por el hombre, el cambio climático y el desarrollo de áreas urbanas, ya que esto daña su hábitat natural y su alimento, es decir, los jardines naturales de flores.

Mediante las flores y la naturaleza en general, ellas se alimentan y obtienen su néctar. De esta manera producen la miel de abeja pura y demás productos de la colmena, sin duda alguna un gran alimento para el ser humano, aportando múltiples beneficios alimenticios.

La apicultura ahora es un deber de todos los seres humanos, pues sin abejas no hay vida, y nos compete a todos participar en su no extinción. Según Albert Einstein, sin abejas no hay vida ni alimentos, entraríamos en la crisis alimentaria más grande del planeta.

El 70% de los alimentos que consumimos a diario y a nivel mundial depende del trabajo de las abejas y su labor de polinización. Este hermoso servicio que ellas realizan de manera gratuita beneficia a los seres humanos, demás animales y a la biodiversidad del planeta entero.

A través de un estudio realizado en 2017 por la Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas, se estimó que se han perdido entre 138.700 colmenas de abejas melíferas y 2.200 de abejas sin aguijón en diferentes países de América como Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Colombia.

Y por si fuera poco, ciertas plantas frutales y hortalizas dependen exclusivamente de la polinización ejecutada por las abejas, como es el caso de las almendras. Se ha comprobado científicamente que un almendro polinizado por abejas da mejores frutos y tiene mayor contenido de vitamina E. De manera similar ocurre con los árboles de castaña en la Amazonía.

No podríamos imaginar nuestros postres sin las fresas o frutillas, cuya flor requiere al menos 21 visitas de alguna abeja para generar su delicioso fruto cargado de 400 o 500 semillas.

La apicultura y las ruralistas necesitan de un trabajo conjunto para resolver problemáticas estructurales de la sociedad colombiana, como el crecimiento urbano y sus efectos en el medio ambiente, la movilidad, la ocupación del suelo, y en general, la protección y conservación de nuestra riqueza natural para garantizar la sostenibilidad.

Informe Gestion BIC 2024